
CINE SONORO
Aunque los inicios del cine sonoro se remontan a finales de la década de 1920, el sonido se ha asociado directamente con el cine desde sus inicios, aunque las películas fueran mudas.
De hecho, pocas veces las proyecciones se hacían sin música. Sin ir más lejos, los hermanos Lumière contrataron músicos para acompañar sus proyecciones ya en 1897, y unos años más tarde compositores de gran talento como Camille Saint-Saëns componían partituras para películas mudas. Además de composiciones musicales, también se utilizaron en la proyección efectos, ruido como acompañamiento. Un ejemplo es el órgano Mighty Wurlitzer, que puede imitar sonidos y efectos orquestales como trenes, bocinas de automóviles, pájaros e incluso disparos. El estreno de The Jazz Singer marcó un antes y un después en la historia del cine. Como decía antes, fue toda una revolución en cuanto a tener conversaciones junto a la música y los efectos y representa un nuevo paso tecnológico que tendrá un enorme impacto. Después del éxito de esta película, se hicieron muchas películas sonoras y películas mudas con sonido. Ante el éxito de estos trabajos, otros productores no quisieron quedarse atrás y recurrieron a algunas patentes sonoras.
Los actores del cine mudo tenían que hacer algo nuevo. De hecho, muchos de ellos desaparecieron de la industria cinematográfica porque sus voces no cumplieron con las expectativas de la audiencia. Actores como Harold Lloyd, John Gilbert y la actriz Paula Negri acabaron con su popularidad con la llegada del sonido al cine.
Como resultado, los actores tuvieron que aprender a pronunciar e interpretar correctamente dada la ubicación del micrófono. Curiosamente, hubo un actor que inicialmente se mostró reacio a grabar su voz, ese fue Charles Chaplin.
De hecho, dos de sus películas, City Lights (1931) y Modern Times (1936), tenían voz (música, efectos) pero no diálogo y en su película El gran dictador (1941) escuchamos por primera vez su voz. Como resultado, se hicieron varias películas sobre las experiencias de los actores y los problemas financieros y técnicos en los estudios estadounidenses en los primeros días del cine sonoro. Entre grandes películas destaca "Cantando bajo la lluvia" (1952) de Stanley Donen.
